El país norteamericano rompe la barrera de los 1.000 casos y amplía las medidas de distanciamiento social para frenar la epidemia.
México declaró el lunes el estado de emergencia sanitaria por la Covid-19 y extendió la suspensión de actividades no esenciales en el sector público y privado hasta el próximo 30 de abril, 10 días más de lo previsto en días anteriores. Las medidas son de carácter imperativo, según fuentes oficiales, pero la forma en que se ha comunicado, apelando a la responsabilidad de los ciudadanos, como si fuese una sugerencia, ha generado mucha confusión. Las implicaciones y los pormenores del plan aún no están claros hasta que se publiquen en el Diario Oficial de la Federación, el boletín oficial del Gobierno, previsiblemente este martes por la mañana.
México registra ya 28 muertos y 1.094 casos confirmados de coronavirus, ocho decesos y 101 contagios más que el día anterior. Ante el aceleramiento de los contagios, el Gobierno ha decidido aplicar medidas más drásticas: ha restringido las reuniones de más de 50 asistentes y se exhorta a todas las personas en territorio mexicano a que se resguarden en sus casas ante la epidemia, con especial énfasis para la población mayor de 60 años, mujeres embarazadas y otros grupos de riesgo. Mientras que para las empresas las medidas se tornan obligatorias, para la movilidad de los ciudadanos es más flexible y de momento es “invitación enfática”, según fuentes oficiales.
La rueda de prensa en la que se han anunciado las medidas ha dejado como colofón un endurecimiento en el discurso gubernamental frente a la pandemia, pero también se han multiplicado las dudas sobre la puesta en marcha de estas medidas, más de un mes después del primer caso detectado y tres semanas después de que se “aceleró”, según lo dicho por las autoridades sanitarias, la curva de contagio. No ha quedado claro aún quién estará afectado por las medidas; quién vigilará que se acaten; las sanciones para la población que no se ciña a los lineamientos ni las disposiciones que se tienen que coordinar con las autoridades estatales y municipales. Hasta el lunes, varios Gobiernos en los Estados del país habían decretado por su cuenta restricciones para escuelas, centros de reunión y negocios.
“Se declara la emergencia sanitaria por causas de fuerza mayor”, ha dicho el canciller, Marcelo Ebrard, tras leer un decreto en representación del presidente. Entre las siete nuevas medidas para reforzar el distanciamiento social se incluye también la postergación del censo poblacional, que arrancó el pasado 2 de marzo, y el regreso escalonado a las actividades. El anuncio se ha producido tras una reunión del Consejo de Salubridad, un órgano colegiado que representa la máxima autoridad sanitaria y que depende directamente del Ejecutivo. A la conferencia de prensa han acudido el secretario de Salud, Jorge Alcocer, y el portavoz gubernamental para la epidemia, Hugo López-Gatell.
También estuvo la titular de Gobernación (Interior), Olga Sánchez Cordero, así como Rafael Ojeda y Luis Crescencio Sandoval, jefes de la Marina y el Ejército, llamados a tener un papel protagónico en el plan de emergencia. Los representantes de las Fuerzas Armadas han adelantado un plan para reforzar la infraestructura sanitaria que depende del Ejército, así como apoyos para garantizar el abasto de comida de los sectores más vulnerables a la población y el resguardo de sitios estratégicos.
Los representantes de las Fuerzas Armadas han reconocido que aún necesitan de 10 días para alistar la infraestructura que depende de sus secretarías. No se han expuesto tampoco cifras claras sobre las adquisiciones de materiales y equipo necesarias para afrontar la epidemia, aunque la Defensa ha anunciado un contrato para la compra de 1.330 ventiladores para unidades de terapia intensiva. El decreto ha girado instrucciones para más de una decena de secretarías de Estado, sin que eso suponga disposiciones concretas, más bien se trata de ejes temáticos de acciones que tienen que tomar bajo su competencia.
En la conferencia se ha dicho que las únicas actividades que se mantienen son las hospitalarias, las de seguridad, las de Justicia, y las labores legislativas. Ebrard ha afirmado que se contemplan sanciones administrativas e incluso que se finquen responsabilidades penales a quien no respete las medidas. También están previstas sanciones para empresas que no respeten las restricciones y los derechos laborales de sus empleados. “Vamos a tener un mes difícil, pero si no lo tenemos, quizá sea un año, es escoger lo que queremos hacer”, ha afirmado Ebrard.
“Estamos ya en una fase de ascenso, no debemos perder esta oportunidad de mitigar la transmisión”, ha dicho López-Gatell. El Gobierno espera que si la estrategia tiene éxito, su curva epidémica alcance su punto más alto a finales de mayo. El escenario menos optimista es que si no se siguen las medidas de distanciamiento, los contagios lleguen al tope en abril. “Quédate en casa, quédate en casa, quédate en casa”, ha insistido el portavoz. “La declaración de emergencia no implica un estado de excepción”, ha recalcado López-Gatell.
El anuncio de esta noche marca un giro drástico en el discurso gubernamental para mitigar la propagación del virus. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha adelantado que el próximo 5 de abril presentará una serie de medidas para reactivar la economía tras el colapso de los precios del petróleo y el valor del peso frente al dólar. Del plan se sabe que contempla un millón de créditos para las pequeñas empresas, tanto del sector informal como formal, aunque no se ha detallado el monto. Según lo adelantado por el mandatario, es posible que el programa también contemple nuevas medidas sanitarias.
México sigue siendo uno de los pocos países del continente, junto a Nicaragua, en el que no se han impuesto restricciones obligatorias de movilidad a la ciudadanía. López Obrador ha descartado que haya toques de queda o mayores atribuciones al Ejército, y su Gobierno ha optado por un enfoque gradual que pone en marcha acciones preventivas previendo que la etapa de contagios epidémicos llegue en los próximos días. La estrategia del país ha sido alabada por los representantes regionales e internacionales de la Organización Mundial de la Salud, aunque han instado a que se tomen medidas más estrictas cuando se agudice la propagación y a pesar de que cada día, los cuestionamientos de sectores críticos aumentan. Con el epicentro de la pandemia instalado en Estados Unidos desde el pasado fin de semana, la heterodoxia del Gobierno volverá a ser puesta a prueba.