Fuente: SEMARNAT
Si bien las áreas naturales protegidas resguardadas por el gobierno de la República son espacios de la naturaleza que conservan su estado original o no han sido significativamente alterados por las actividades del ser humano, estos sitios están abiertos a cualquier persona o grupos de personas que deseen conocer la riqueza biológica que atesoran y realizar en esos territorios actividades de recreación, lo cual genera recursos económicos a las comunidades asentadas en ellos, a la par que las involucra en el cuidado de los recursos naturales.
La Semarnat, a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, es la autoridad encargada de administrar, proteger y conservar el medio ambiente y los recursos naturales en las ANP, lo que sucede de común acuerdo y en colaboración con sus habitantes que se benefician con recursos técnicos y económicos mediante programas de capacitación y empleo, con respeto a su cultura y a sus plenos derechos para favorecer el desarrollo sustentable en el marco de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente y su Reglamento.
En los años 70 surgió el concepto “reservas de la biósfera” como espacios creados para hacer partícipes a las comunidades humanas en las actividades de conservación, en lugar de excluirlas. El modelo contiene una zona núcleo rodeada por un área de amortiguamiento en donde se permiten actividades sustentables, es decir, aprovechamiento de los recursos sin agotarlos, permitiendo que se regeneren.
México está catalogado entre los 12 países megadiversos del planeta, y en sus Áreas Naturales Protegidas se constata esa categoría de manera contundente. Sus recursos aportan a los pobladores locales, la región donde se ubican y a todo el planeta un sinnúmero de servicios ambientales, si tomamos en cuenta la cadena alimenticia que forman las especies animales y la flora hasta llegar al hombre, la captación de agua que enriquece los mantos acuíferos, los recursos forestales que regulan el clima, dan alimento y medicinas, por citar solo algunos, sin olvidar su belleza escénica, atractivo para desarrollar el ecoturismo.
Para el ciudadano común, el acceso a estos espacios es libre pero apegado a una normatividad que promueve la conciencia ambiental en la sociedad, es decir, de respeto a plantas, animales y elementos naturales, e incluso vestigios arqueológicos, y, por supuesto, a las poblaciones que habitan en esos entornos. ¡Visita estos espacios!
México cuenta con 181 áreas naturales protegidas federales clasificadas en seis categorías: Reservas de la biósfera, parques nacionales, monumentos naturales, áreas de protección de recursos naturales, áreas de protección de flora y fauna, santuarios.
Cómo cuidar las ANP durante nuestras visitas:
- No tocar animales ni plantas, ni alterar su hábitat.
- No arrojar basura ni comida dentro de la ANP. Los desechos producidos durante la visita deberán ser sacados del parque. No ensuciar ríos o lagos.
- No se debe extraer ningún elemento de la ANP, sean plantas, animales, piedras, conchas, corales o cualquier objeto de origen terrestre o marino, por menos importante que parezca.
- No alimentar ni molestar a los animales.
- No fumar ni tirar colillas dentro de las ANP. El manejo de fogatas, en caso de que sean permitidas, deberá ajustarse al reglamento de cada ANP.
- Conocer y respetar a las comunidades que ahí habitan.
- Respetar a los otros visitantes no haciendo ruido excesivo o destruyendo lo que hace especial el área.
- Respetar los caminos de acceso, no introducir vehículos en zonas de conservación.
- Por propia seguridad, ubicar y contactar a los guardaparques.
- Recordar que está prohibido rayar las paredes de las cuevas, los troncos de los árboles o las rocas.
- Si hubiese desplazamiento en lancha, respetar la velocidad y las normas de operación que disponga la administración del parque.
- Está prohibido portar armas de fuego y armas blancas.