Esta contaminación amenaza la vida de 600 especies en los mares y, además, al degradarse lentamente libera partículas y nanopartículas tóxicas que son ingeridas por diversos organismos marinos que, con el tiempo, llegan a nuestras mesas.
La cantidad de plástico que flota en los océanos ha aumentado 100 veces en los últimos 40 años y existen más de 600 especies cuya supervivencia está amenazada por esta gran cantidad de desechos que la humanidad arroja al mar, informó la Organización de Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO), durante la Asamblea General de los Océanos, que reúne a representantes de más de 180 países de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.
En el marco del Día Mundial de los Océanos, que se celebra este 8 de junio, la ONU realizó su primera conferencia específicamente enfocada a la problemática del océano, en más de 70 años. En la misma se subrayó que el daño a los océanos puede alterar sus funciones de regulador del clima, fuente de alimento e importante depósito de carbono.
En México, el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también hizo un pronunciamiento de preocupación sobre la gran cantidad de plástico que, por diferentes vías, llega a los mares y estimó que el llamado “parche de plástico” del Océano Pacífico, que es una zona del Pacífico norte donde las corrientes juntan basura de plástico flotante, ya es de un tamaño superior al estado de Coahuila, en México.
La conservación y aprovechamiento sustentable de los océanos de todo el mundo es el compromiso 14 dentro de la Agenda 203 de Desarrollo Sustentable, que han suscrito la mayoría de los países miembro de la ONU.
Al hablar ante el pleno de la Asamblea General de los Océanos, la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, subrayó que uno de los más grandes obstáculos para detener el daño sistemático a los océanos es el modelo de consumo y negocios que no toma en cuenta el impacto e sus acciones en el medio ambiente.
“Hacer negocios sin conciencia del planeta, en el modelo conocido como ‘Businness as usual’ no nos permitirá llegar al escenario que Naciones Unidas ha planteado para el año 2030. Para poder alcanzar el punto 14 de nuestros compromisos para el desarrollo sustentable hace falta más ciencia que nos permita elaborar políticas y decisiones mejor informadas sobre el estado actual de los océanos y su ritmo de deterioro”, dijo Bokova en la sede de Naciones Unidas.
Por las anteriores razones, la UNESCO propuso que el periodo entre los años 2021 y 2030 sean nombrados la Década internacional para las ciencias marinas al servicio del desarrollo sustentable. Así se podría generar más conocimiento, pero también el compromiso de los gobiernos para adoptar acciones y políticas basadas en la ciencia marina que se genere.
PLÁSTICO A LA DERIVA. En el marco de la misma celebración, la Asociación Ambiente Europeo difundió un cálculo, según el cual el porcentaje de trozos de plástico que flota en la superficie de océanos y mares se ha incrementado más de 100 veces en los últimos 40 años. Aproximadamente siete millones de toneladas de residuos son arrojados anualmente a los mares y océanos de todo el planeta, según afirma esta organización en un comunicado en el que también ha incidido en los datos de la ONU, según los cuales, por término medio, cada milla marina cuadrada contiene 45 mil pedazos de residuos plásticos flotantes.
Entre ellos, destaca la presencia de neumáticos de coches, botellas y bolsas de plástico, redes de pesca, aplicadores de tampones y preservativos.
En Mazatlán, México, Martín Soto Jiménez, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, afirmó que debido al descuido e irresponsabilidad de las personas, cientos de desechos sólidos, principalmente plásticos, llegan a los océanos a través de ríos o por abandono en las playas.
Una vez en los océanos, flotan a la deriva hasta que son atrapados por una corriente que los lleva a uno de los puntos en donde las corrientes se detienen y las aguas se calman, conocidos como giros oceánicos, particularmente el giro del Pacífico Norte.
En ese lugar comienzan a acumularse cada día; “el problema es que si los plásticos tardan décadas o siglos en degradarse y a diario llegan más, entonces esas islas se harán más grandes. Ahora calculamos que tienen el tamaño de estados como Chihuahua o Coahuila, pero en un futuro podrían tener el de un continente”, alertó.
Soto Jiménez detalló que los residuos en el Pacífico no están juntos, sino que flotan relativamente dispersos y se degradan lentamente liberando en ese proceso partículas y nanopartículas de elementos tóxicos que son ingeridos por diversos organismos marinos que, con el tiempo, llegan a nuestras mesas.
“De ahí la recomendación de hacer conciencia y no tirar basura en ríos y cañadas, o dejarla a cielo abierto en las playas, debido al peligro creciente que representa a largo plazo; además, esas acciones serían las más económicas para evitar la contaminación de los mares, pues sería posible ir a limpiar esa zona del océano, pero su recuperación sería muy costosa”, remarcó.
Fuente:http://www.alcontacto.com.mx