Con el crecimiento acelerado de la población en el país, se presenta una ampliación progresiva en el tamaño de las metrópolis y sus necesidades; la realidad nacional así lo refleja. De hecho, con este fenómeno, también se ha dado una alta demanda de recursos y servicios (como internet, seguridad, agua y energía), a la par de importantes impactos negativos en el medio ambiente.
Analicemos el caso de la electricidad. A pesar de la pandemia, la urgencia por contar con luz disminuyó apenas en 3%, aun cuando el PIB llegó a descender hasta un 9 por ciento. De hecho, un estudio reciente de Standard and Poor’s (SP) reveló que, tener una conexión energética eficiente se convirtió no solo en un factor vital para mantener la actividad productiva en algunas regiones, sino también, para sostener las condiciones básicas de vida para las ciudades.
Además, la misma firma prevé que, para este año, la demanda de energía crecerá 4 por ciento; mientras que, para 2022, alcanzará un 3 por ciento. Bajo este panorama, la iluminación inteligente de las ciudades se ha convertido en un punto a considerar, para optimizar los recursos públicos y la garantía de suficiencia de este servicio. La tendencia apunta hacia allá.
Caso México
Hace dos años, la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) estimó que el cambio de luminarias que sirven para el alumbrado de las ciudades en México, puede generar ahorros de entre 20 y 89% en el gasto gubernamental de municipios y alcaldías. Es por ello que, el desarrollo de tecnología en este rubro es básico, no solo para garantizar el abasto, sino también para hacer más eficientes los recursos.
De hecho, el mismo organismo estimó, en ese entonces, que el alumbrado público ocupaba 2.25% del consumo de energía eléctrica a nivel nacional; lo que representaba un gasto de 15 mil mdp que los gobiernos municipales debían cubrir a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Aunque hoy no existen datos actualizados al respecto, las cifras no deben variar mucho.
Afortunadamente, son cada vez más las ciudades que buscan alternativas tecnológicas que les permitan optimizar su servicio de abasto energético. El mercado presenta cada vez más herramientas que apoyan el ahorro energético en el alumbrado público con una alta eficiencia; sin embargo, también ofrecen otras posibilidades para generar ingresos.
Alternativas tecnológicas
Pensemos en las redes de infraestructura eléctrica que ya existen en los municipios de México. En sus postes, es posible montar pequeños dispositivos (micro células) que ayudan a que los servicios públicos sean más inteligentes, seguros y conectados. ¿Cómo lo hacen? bueno, eso se logra a través de los datos que arrojan y que brindan información para detectar, por ejemplo, desperfectos en la red de alumbrado; mejorar la seguridad en zonas con alta delincuencia y monitorear la calidad del aire.
Promover esta tecnología en México apuntaría a la conformación de más ciudades inteligentes, además de que se reduciría la brecha digital en el país; con dispositivos montados en las luminarias públicas que puedan ofrecer conectividad WiFi que atienda, por ejemplo, la necesidad educativa de millones de niños para continuar con sus estudios. Así, las autoridades tienen una nueva oportunidad de ofrecer sus servicios a quienes más lo necesitan.
Para quienes participamos en este sector, nuestro país representa un territorio de enormes retos; pero también, de grandes oportunidades para que estas herramientas lleguen a más gobiernos locales. Nuestra tarea está en mostrar sus ventajas no solo para la administración pública, sino también, para la población. Solo así podremos conformar un camino claro hacia la transformación digital de las ciudades en México, para hacerlas más inteligentes y conectadas.
Fuente: